25.8.10

de joven no entendí
que el mismo viento que mueve las ramas
raspa los techos y llena de polvo los corredores,
que las ráfagas débiles de ese verano
fueron señales claras de algún final.
me repetí tu boca un siglo para salvarme
pero tu memoria y los parques ya mostraban erosión irreparable.

11.8.10

tu nombre sonido descansado

hermoso un nombre viejo pronunciado para una nueva cara. cada sílaba un viejo saliendo de la boca vistiendo sus mejores ropas, bastones, corbatas, ochenta años de dignidad y la misma ceremonia para todo lo nuevo. hermoso el esfuerzo inútil por saberte, tu espalda un libro leído pero tu nombre sonido descansado. miseria la mía, hablando haciendo tu nombre, llenándome a gusto la boca. hoy digo dos viejos regresando a casa con la ilusión por una noche de sílabas frescas a pesar del polvo y de los párpados caminados.