28.5.14

desposeídos de memoria

pericos, raspadores del herrumbre
animales henchidos de alma
picos del más fino cristal,
para qué quieren hablar.

no aprendan de lo nuestro
desmemórienlo todo
los vocablos del deseo
la palabra amor
cama
espalda
                     frío.

vuelen,
se nos acabó lo fácil.



Hoy quiero que los músicos echen espuma dentro de mí, ser el caótico sonido de una trompeta en rabia, de unos cimbales que se saben acabados, tantas molleduras. Que ese desorden me revuelva los adentros, que el tal Pájaro sufra en mí y que produzca sonidos maravillosos que hagan sudar a la gente. Que hagan besarse a la gente. Que logren que te fijes en mí, en agonía pero lleno de la más bella música y de metales.

22.5.14

etc.

el etcétera es ella. lo que se viene, los puntos suspensivos vueltos tarde de calor y abanico en agonía. el etcétera es ella porque es las palabras no dichas. el herrumbre que deja de serlo, lo opuesto a un proceso químico. si marzo es todopoderoso, como dijo alguien, a esta tarde de calor en marzo yo la venzo. ella es el etcétera y el poder. no ese poder, la posibilidad de poder. eso es ella.

16.5.14

sara m.

esta noche en particular es distancia.
de aquí al techo,
las aceras,
los límites de la población.
todo lo que te he dicho.
la distancia es el punto de aquí a las ganas.
esta noche te quiero.

10.5.14

Este sí que es un momento de verdad, se dijo. Finalmente se sintió dueño de su nombre y de la persona que había querido ser. Este soy yo, llegué. Pero inmediatamente se recordó del vacío, del puñetazo a la cara, una mujer vistiéndose sin despedirse, el constante crujir de las paredes. Se sentó y mirando el suelo se rascó la cabeza.

8.5.14

los muchachos

llegaron los muchachos al pueblo - todos piedras del mismo patio - y decidieron armar su carpa. decidieron amarse y al amanecer se rompieron las caras y se abrazaron. no alcanzó el alcohol pero sobró sudor, son de los que han aprendido la matemática de la necesidad. con el sol secándoles la sangre empezaron a caminar. la carpa quedó ahí, mecida por el mismo viento que ahora les cicatriza párpados y mentones, por el viento que descansa sobre los techos del pueblo que se excita cuando los ve llegar. los muchachos son la piel del mundo, son el niño que no entiende. los muchachos vienen acompañados de la muerte y por eso no temen ni a violentarse ni a verse a los ojos para decirse que se aman.