4.4.10

este techo no detiene la lluvia
al contrario, la multiplica y la enfría.
abrimos los ojos al agua
inundados de historia,
vos asombrada por la humedad
- una vez más te salvó el sueño -
y yo confundido porque nada está en su lugar:
el mostrador volteado, ropas sin vida,
tu deseo escurrido,
y el gato que no aparece.


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