a diez mil metros de altura,
no debería existir el miedo.
evitar decirle que se le quiere
a alguien que se quiere
parece
desde aquí y ahora,
un acto triste.
algo no merecedor de estos vientos,
para qué tanto cielo.
una vez abajo
quiero llenarme las suelas de dudas,
sacudirlas con ganas pero no del todo
e ir en busca de sus oídos.
6.5.15
Pienso en vos y se me herrumbran las vísceras. Por dentro triunfa el óxido, señal de vida, de algo que se raspa y da lucha. Respiro naranja oscuro y escupo pedazos de un tren que en algún momento alegró al parque, y que hoy a pesar del tiempo, sigue queriendo estar entero para hacerle frente a la lluvia.
27.4.15
23.3.15
el olor a pan no sirve de guía
El hombrecito se da cuenta de su tragedia. Alza la mirada y se ve a sí mismo cargando la jaula, una versión más grande llevándose. ¿Desde aquí pío, ladro o grito? Va incómodo. Hoy camina sin rumbo, hoy de todos los días, el hombre deambula, ni siquiera el olor a pan le sirve de guía. El hombrecito, ínfimo, reconoce su situación, tiene conciencia de ella. Pero de qué le sirve. El otro, él mismo, camina absorto. Escucha los ladridos que vienen desde la jaula pero jamás se imagina que son sus propios ladridos, su propio ruido, no pidiendo auxilio o alertándolo de algún peligro. Son sus propios ladridos de insensatez.
4.3.15
se ve a sí mismo cargándose
En el mar de gentes el hombre lleva su jaula. Trabajo de orfebre, cada ángulo recto perfecto, el piso machimbrado, la puertecita cierra sin ruido. Se lleva a sí mismo en la jaula. Camina y no al mismo tiempo. La gente lo va empujando, masa anónima, alguien choca contra él y la puertecita se abre. El hombre, el de adentro, reconoce su oportunidad para escapar. No lo hace. Cierra desde adentro y se ve a sí mismo cargándose. El tiempo que sigue, la jaula y el mar de gente.
3.12.14
condicional
en parís no cometeríamos los mismos errores
jugaríamos a liberar la ciudad
a decirnos cualquier cosa
nos querríamos.
jugaríamos a liberar la ciudad
a decirnos cualquier cosa
nos querríamos.
31.10.14
25.10.14
marioneta
el techo se sabe sin viento.
mi cuerpo en cambio
- piernas, miembro, torso, pecho, testa -
se herrumbra muchísimo,
se separa.
empiezo a no saberme sin vos,
un puñado de partes sueltas e ingobernables
sostenidas hoy por el deseo.
16.10.14
versos colegiales
si tuvieras puesta una camisa celeste, de colegio, te llevaría al parque para besarte. seríamos la envidia de la gente, de los árboles de mango. te besaría hasta que llegara el aguacero, para seguirte besando y me detendría a ver la lluvia mojarte la camisa y enamorarme de tu cuerpo. me perdería en tu aliento y soñaría con peces asfixiándose sobre un muelle de cemento, raspándose los costados con los ojos bien abiertos. pasada el agua me tocaría las costillas, me dolerían, te buscaría la boca y respiraría.
14.10.14
el sueño de los justos
los fantasmas existen cuando los trenes vienen cargados de contrabando y amor. se les oye gritar contra el frío de las noches, el conductor paleando el carbón negrísimo para que la máquina nunca se detenga. cruza el tren la ciudad dormida pero son pocos los escogidos para despertarse y salir del sueño aburrido de los justos. con los ojos abiertos, llevo días caminando, me asomo a la ventana y veo tu rostro pasar.
3.10.14
así me va llegando lo tuyo
así me va llegando lo tuyo, con mi aliento pegado a tu espalda, mi boca maltrecha, una sola llaga. afuera pasan los trenes y la gente, siempre pensé que los pájaros negros eran monstruos en potencia hasta que leí a poe. ahora cierro las ventanas antes de buscarte entre las sábanas, antes de rendirme al monstruo de esta laguna que lleva tu nombre. los cuentos de mi viejo nunca terminaban, el cirio aún sigue ardiendo, la botella cruza todos los mares con un mensaje adentro. los pienso mientras te pienso. soy así y así me va llegando el sentir, amor. enredado. hoy me toca anclar, sacar el pie de la cama y salir a buscar un tren que me lleve lejos.
28.9.14
pronto
pronto te embriagarás de una mujer al amanecer y a partir de ese momento no podrás verle el rostro. desvanecerá a tu lado, entre las sábanas, y donde estuvo su cara habrán otras. tantas que formarán nuevos ojos, nueva nariz, nueva boca. despertarás pensando en gardenias blancas y cuando busqués el origen del olor que llevás en los pulmones no lo encontrarás. se habrá ido y a partir de ese momento vendrá un siglo de días sin viento y de noches.
8.9.14
el regreso ha sido también un reencuentro con mi madre. hoy contó que de niña, en barrio luján y camino a clases de catecismo, le compraba pedazos de panal a una negra limonense. que lo hacía a escondidas de mis abuelos, por un cinco bien ahorrado. llegaron los momentos de ver - más que de oír - a la madre indagando en la memoria. verla hablar. el regreso como botella de vino compartida.
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