15.7.13

almácigos

aquellos primeros días fuiste el sabor imperfecto del café, la idea de una mata que se sabe milenaria a pesar de los meses de agua. la refrigeradora enfriaba a medias y aún así la llenaste de palmito y de espejos, uno para cada momento del día me dijiste. por el suelo de la cocina desparramaste recortes de revistas y las manos siempre las tuviste untadas de pegamento, segundas capas de piel. al perro nunca lo quisiste, te pareció mendigo de sensaciones y receptor de todas las sobras: hoy lo veo y te pienso con rencor, pero me dura lo que tarda el perro en buscar mis pies. en fin, amor, hiciste de los primeros días un monumento, algo así como un almácigo sosteniendo camisas sudadas después de una jornada de trabajo. del resto intento no acordarme, nunca más preparé vegetales con tanta ilusión, nunca más soñé mujeres mutando de piel, hoy la casa es el lote baldío donde estuvo el circo.



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