Que significa la tarde fría
10.12.09
28.11.09
Plaza Víquez
no pareciera de mi niñez, casi una memoria inmerecida. plaza víquez a inicios de los ochentas y en un vecindario con patio de cemento compartido, donde juegan decenas de niños y cuelgan ropas gastadas de las ventanas. entrar al apartamento de mis abuelos paternos, ella guatemalteca y él nicaragüense, es entrar a un mundo oscuro y de naftalina, ajeno a mi realidad. me recibe el busto en yeso de Darío que parece custodiar cientos de libros, y me siento en uno de los sillones de una sala diminuta, junto a mi hermano menor y mis padres, para la visita dominical de rigor. me pierdo en el temblor de las manos de mi abuelo, en el caminar decidido y de pasos cortos de mi abuela que sirve café y galletas de una lata floreada, envuelta por el aire denso de tanta ceremonia. recuerdo nítidamente la sensación de no querer estar ahí y querer regresar cada domingo, atraído por algo sin nombre. afuera, la narración del partido por radio, los gritos de dos mujeres que conversan de puerta a puerta, el incansable golpear de una bola contra la pared; adentro, mi creciente duda si algún día mi padre se convertirá en mi abuelo, el miedo a la mirada de mi abuela, la tensión de mi madre que calma los llantos de hermano, el saberme parte de algo.
12.11.09
23.10.09
Precios en dólares de algunos libros de Bolaño* en una librería visitada hoy en Portland:
Amuleto – 33.95
11.10.09
1.10.09
28.9.09
Paria o 67 palabras en el periódico
Amanecer en el bingo, todos los días. Bancas viejas y zinc carcomido: hogar. Despertar abrazando un bulto vacío, por miedo al compañero con sed. Desayunar de la botella compartida y presenciar el hurto, los golpes, y la estocada mortal. Beber. Visitar la comandancia ocho veces durante el día y regresar humillado porque no le toman declaraciones al chichero que quiere denunciar el intento de homicidio contra su amigo, otro chichero. Que se maten entre ellos. Beber. Buscar de nuevo el bingo y hablar por siempre en pretérito.
Hombre herido de tres puñaladas
Puerto Jiménez, Golfito. Álvaro Araya Arias, de 40 años, resultó herido en esta comunidad al recibir tres puñaladas propinadas por un vecino que se dio a la fuga. Según las autoridades, Araya logró caminar unos 200 metros hasta llegar a la clínica local. Debido a la gravedad de las heridas fue trasladado vía aérea hasta el hospital de Golfito. Freddy Parrales, Corresponsal
25.9.09
17.9.09
temprano
16.9.09
El niño explica como se cortó el dedo pulgar y el vendedor grita algo que interpreto como triste: los escuché a los dos. No hay ambigüedad en el machetazo, en las ganas por partir la pipa y beber su jugo. No existe duda de su filo, y tampoco de la impavidez con que cuenta su historia. No quiso buscar el dedo y por ello caminará sin uña por el resto de sus días. El grito fue imprudente y claro y lo recibió la pulpera escondiéndose detrás de cien bolsas de papas: las campanas de la iglesia doblarán siempre por ella. Más que historias de niños sin dedos aquí hay certezas de dedos olvidados, y la imprudencia de una declaración disfraza tantas horas en bus para llegar a este invento de pueblo.
16.8.09
(sin título)
10.8.09
bazar
1.6.09
precipitarse
amanecimos
mientras fumás